Es difícil abandonar el hábito de buscar algo que no se ajuste a las reglas de la normalidad. Esto a menudo se extrapola al hecho de que inconscientemente notamos anormalidades, a menudo sutiles y clínicamente insignificantes, en nuestro ser y en nuestros seres queridos.
Este es un verdadero dolor de cabeza en los primeros años de la escuela de medicina, cuando cada estudiante de medicina se encuentra a sí mismo albergando síntomas de una gran variedad de enfermedades. Durante un período de tiempo, esto se desvanece, pero el hábito de buscar patrones que no se ajusten a la fisiología normal persiste. Hoy cuando estaba entrevistando a un hombre que quería trabajar como conductor, lo primero que me llamó la atención fue: “Este hombre tiene los pulmones realmente mal, debe ser un gran fumador, tiene EPOC, probablemente Cor Pulmonale …”. Entonces, en lugar de preguntarle sobre su experiencia como conductor y el salario esperado, le pregunté sobre su historial de tabaquismo, su nivel de dificultad para respirar, etc. La entrevista terminó por advertirle que dejara de fumar y buscara atención médica adecuada.
Por un lado, los estudiantes se diagnostican a sí mismos, muchos doctores ignoran los síntomas obvios de las principales enfermedades cuando los afecta. Se han registrado casos en los que los médicos malinterpretaron el dolor anginoso como un dolor cervical benigno de origen muscular y sucumbieron a él. Los médicos no son inmunes a la tendencia humana general de creer que las tragedias son para otros. Muchos doctores y hermanas no son buenos como pacientes.