La disbiosis es probablemente el efecto secundario subclínico más común y mal diagnosticado de los antibióticos. Tomar probióticos para ‘volver a equilibrar’ los revestimientos de la mucosa del cuerpo es un remedio para el problema, sin embargo, abordar la afección subyacente para estas infecciones recurrentes será su mejor opción.
Abordar estos problemas parecería en gran medida un cambio en la dieta. Vería a un practicante que se especializa en nutrición y uno que no intenta vender solo multivitaminas.