Los pigmentos biliares no se forman en el hígado. Son el resultado de la descomposición del resto del hemo en proteínas como la hemoglobina (en los glóbulos rojos).
El hígado absorbe los pigmentos de la sangre y lo procesa a través de un mecanismo llamado conjugación y lo excreta a través de la bilis en el intestino para su eliminación a través de las deposiciones.