¿Cuál es el tic más extraño que has tenido al tener el Síndrome de Tourette?

Dios, no sé. He tenido algunos muy extraños, pero no estoy seguro de cuál es el más extraño, así que solo daré una lista de algunos de los más extraños (ya veces bastante divertidos) y te dejaré decidir.

Gritando “¡Bésame!” (Afortunadamente tenía este en un momento en el que la gente lo aceptaba y podíamos reírnos al respecto)

Gimiendo “Gunnnnn” de una manera bastante espeluznante (tenía este justo a tiempo para mi excursión de clase a Washington DC)

Abriendo al azar mi boca lo más que pude (podría ser bastante asqueroso durante las comidas y fue doloroso porque tenía los labios bastante agrietados en ese momento)

Coprolalia, también conocido como el “tic que jura” (esto es extraño porque en realidad es un síntoma bastante raro)

Gritando “Bluebird” y “Blue!”

Meowing

Gritando “¡Mamá!” (Condujo a mi madre loca)

“¿Cuál es el tic más extraño que has tenido al tener el Síndrome de Tourette?”

Mi, esa es una pregunta! He tenido tantos tics extraños a lo largo de los años. Uno que tuve hace poco y no sé qué fue lo que lo inició, pero hice un gesto de araña con ambas manos y al mismo tiempo dije las palabras “Flange Sockets”. Ese tic fue tan rápido como comenzó. Por esa época tuve otro en el que dije: “Soy Malcolm Spurlow”. De nuevo, eso también se disipó muy rápido.

A principios del año pasado, estaba cantando “¿Has visto a Povey como si hubiera visto a Povey?” Y lo hice con una especie de entrega teatral completa con gestos y movimientos de baile. De hecho, la mayoría de mis tics ahora se completan con gestos con las manos y baile. No sé por qué empecé a hacer eso.

Guiñar fue otro. Estaba viendo un programa de televisión de la década de 1970 y en él uno de los personajes le guiña un ojo a una mujer atractiva y ella le devolvió la sonrisa y yo lo hice durante bastante tiempo. Me regañaron por eso también. Una mujer corpulenta me detuvo en la calle y me dijo que estaba siendo sexista por hacerle un guiño. No estaba guiñándole un ojo. De hecho, ni siquiera me había fijado en ella.

Solo le guiñé el ojo porque para entonces se había convertido en un tic y después de hacerlo sonreí como lo había hecho la mujer en el programa y ella vio que yo era un bastardo misógino o algo similar. Me disculpé profusamente y llegué a casa y permanecí en el interior hasta que el tic se había desvanecido como lo hizo en unas pocas semanas, para ser reemplazado por otra cosa, como suele ser el caso.

Bueno, un día, de la nada, me encontré repitiendo “Anatomía, Anatómicamente”.

Otro que obtuve al ver un trailer fue donde chirriaba (como un pájaro) una y otra vez. Todavía de vez en cuando tengo ganas de hacer esto.