El punto principal que plantearía es que durante el tiempo que casi todas las mujeres embarazadas fumaban y bebían ocasionalmente, la muerte de los nacidos vivos era mucho mayor de lo que es hoy en día. Ahora la medicina moderna y las nuevas técnicas para salvar vidas han tenido un gran impacto en las cifras de mortalidad, aunque en este gráfico se ocultan bebés cuyas muertes fueron en parte causadas por el uso de tabaco y alcohol por parte de una madre. Además, no se incluyen en el cuadro las disfunciones cerebrales y anatómicas graves que acompañan el uso de estas sustancias.
La tabla comienza en 1950 y cuando los médicos se dieron cuenta de los peligros para los fetos no nacidos y pasaron esta información a sus pacientes, hoy prácticamente ninguna mujer embarazada fuma o bebe en exceso y todos son conscientes del daño que ciertas drogas pueden hacer.
Gráfico cortesía de las tasas de mortalidad infantil, 1950-2010
De modo que puede consultar la tabla anterior y hacerse una buena idea de que la salud del feto y su supervivencia fuera del útero se debe en parte a las abstenciones de la madre por fumar, beber y el uso de algunas drogas.