El daño a los nervios inducido por la quimioterapia es muy común y desafortunadamente no hay medicamentos que hayan demostrado acelerar la curación.
Por lo tanto, es importante controlar los síntomas de entumecimiento y hormigueo (parestesias) durante el tratamiento.
Para algunos pacientes, la dosis de quimioterapia debe reducirse o suspenderse para evitar daños permanentes graves en los nervios. Por lo general, empeorarán durante un mes después de la última quimioterapia, se estabilizarán durante varios meses y luego mejorarán gradualmente. A menos que el daño a los nervios sea severo, los síntomas generalmente son mejores después de 6-12 meses.
Dada esta historia natural, cualquier remedio que se pruebe eventualmente “ayudará” a la mayoría de los pacientes ya que las terminaciones nerviosas se regeneran.
Los medicamentos para el dolor nervioso como la gabapentina (Neurontin) pueden enmascarar la incomodidad pero tienen los efectos secundarios indeseables de la sedación y hacen que la gente se sienta cansada y letárgica. Del mismo modo, los narcóticos enmascaran el dolor pero no ayudan con la curación. Hay una sugerencia de que el antidepresivo duloxetina (Cymbalta) es moderadamente útil en el tratamiento de los síntomas.
¿Qué pasa si obtengo CIPN?
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