Los lípidos saponificables son ésteres de ácidos grasos y polioles, principalmente glicerol. En condiciones alcalinas, los ésteres se pueden hidrolizar en sus componentes de ácido carboxílico y poliol. Así es como se hace el jabón; calentando grasas en una solución de hidróxido de sodio o potasio. Un término para la hidrólisis de triglicéridos es ‘saponificación’. Tenga en cuenta la similitud entre los términos ‘sapon ..’ y ‘soap’. Ambos se derivan de raíces latinas. Los ésteres de ácidos grasos y colesterol también se encuentran en las lipoproteínas en el suero sanguíneo humano y en las formaciones de placa que obstruyen nuestras arterias, por lo que también pueden hidrolizarse en soluciones de bases. Pero no hacemos jabón de esa manera, ya que los ésteres de colesterol son componentes menores de las grasas animales.
Incluso lípidos más complejos se encuentran en las membranas de algunas células, y algunos de ellos contienen enlaces éter entre los grupos hidroxilo y las cadenas de hidrocarburos. Estos resisten la hidrólisis en soluciones alcalinas. Entonces nos referimos a ellos como lípidos no saponificables.