Esas dos condiciones son muy diferentes en muchos aspectos.
En muchos casos, se conoce la causa de la parálisis cerebral. En contraste, la causa del autismo es actualmente desconocida para la ciencia. Las causas más comunes de parálisis cerebral son la infección durante el embarazo, la privación de oxígeno o el trauma durante el nacimiento, y el traumatismo craneal muy temprano en la vida. Las causas genéticas juegan un papel pequeño (pero distinto de cero) en la parálisis cerebral.
Las causas del autismo siguen siendo en gran parte desconocidas. Sabemos que las vacunas NO causan autismo. Sabemos que la genética está fuertemente relacionada con el autismo. De hecho, los genes desempeñan un papel mucho más importante en el autismo que la parálisis cerebral.
Alrededor de un tercio de las personas con parálisis cerebral tienen epilepsia (convulsiones recurrentes), pero esto no es común en el autismo.
La parálisis cerebral es principalmente un trastorno del movimiento, que causa rigidez muscular, músculos débiles, mala coordinación y otros problemas de movimiento. Esto puede inhibir el habla, pero el impacto en el habla es indirecto y está mediado por la falta de control sobre la respiración, las cuerdas vocales y los músculos bucales. La parálisis cerebral también puede afectar la visión y la audición y, con menor frecuencia, la cognición.
Por el contrario, el autismo es principalmente un trastorno cognitivo. Las personas con autismo a menudo no tienen la capacidad de hablar o un problema grave con el habla, pero esto es causado por problemas para comprender y producir el lenguaje, y no se debe a problemas musculares. El autismo a menudo se asocia con cierto grado de torpeza, pero no es un trastorno del movimiento (a diferencia de la parálisis cerebral). El autismo tiene generalmente un mayor efecto sobre el estado de ánimo y el comportamiento.
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Examinemos también las similitudes entre el autismo y la parálisis cerebral: ambos se descubren más o menos a la misma edad, por lo general. La parálisis cerebral generalmente se descubre un poco antes, tal vez entre los 6 meses y los 2 años de edad. El autismo se descubre un poco más tarde, generalmente a los 5 años de edad.
Ambas condiciones son muy variables, con algunos síntomas presentes en algunos niños pero no en otros. Ambas condiciones pueden ser muy severas o apenas perceptibles.
Para simplificar en exceso: si alguien está en una silla de ruedas o con muletas, es más probable que tenga parálisis cerebral. Si alguien no puede hablar pero no tiene problemas de movimiento, es más probable que tenga autismo. Tenga en cuenta que muchas personas con parálisis cerebral no necesitan muletas, y muchas personas con autismo pueden hablar. Estas son solo las presentaciones clásicas de casos más severos de cada trastorno.