¿Cuáles son los cambios que ocurren en el cuerpo humano cuando nos asustamos?

Te congelas, tu corazón siente que puede salir de tu pecho, tus piernas tiemblan y el cabello en la parte posterior de tu cuello se eriza.

Es una sensación familiar que puede ser desencadenada por cualquier cosa, desde una película de terror hasta que alguien salta y grita “¡Boo!” ¿Pero por qué el cuerpo reacciona de esta manera cuando nos asustamos?

El miedo comienza con un gatillo. Cuando sucede algo aterrador, como que alguien te saltee en una casa embrujada, es un estímulo que le indica a tu cerebro que podrías estar en peligro.

La amígdala es una región profunda y antigua del cerebro.

Ya sea que el estímulo sea el tacto, la vista o el sonido, la señal de miedo rápidamente alcanza el tálamo en el centro del cerebro y viaja hacia la amígdala, en la base del cerebro.

Desde aquí, un neurotransmisor llamado glutamato lleva la señal incluso más adentro del cerebro, dijo Abigail Marsh, investigadora de psicología en la Universidad de Georgetown, en un video de BytesizeScience. Esto provoca que nos congelemos o saltemos involuntariamente: la respuesta de “luchar o huir”.

Tenemos que reaccionar rápidamente al peligro potencial para estar seguros. Una vez que el salto cerebral inicia la respuesta al miedo, los cambios fisiológicos no tardan en afectar todo el cuerpo.

En primer lugar, los órganos sensoriales, nuestros ojos, oídos, lengua, nariz y piel, recogen señales de nuestro entorno y las alimentan al cerebro.

El centro de amenaza del cerebro, una estructura llamada amígdala, está constantemente a la expectativa del peligro. Si identifica una posible amenaza, suena la alarma e inmediatamente activa la respuesta de lucha o huida. Antes de darnos cuenta, nuestro corazón late como un loco, tomamos respiraciones rápidas y superficiales y sudamos por si tenemos que defendernos o hacer una escapada rápida.

Estos cambios están controlados por una parte del sistema nervioso periférico llamado sistema nervioso autónomo, que regula los cambios automáticos en las funciones vitales del cuerpo.