Una unidad de lenguaje facilitaría compartir conceptos entre las sociedades; sin embargo, también restringiría el pensamiento humano. De hecho, una de las pocas formas en que sabemos aumentar la inteligencia general es estudiar y desarrollar nuevas formas de lenguaje.
Nunca olvide que toda traducción es interpretación; el lenguaje da forma a nuestra forma de pensar, y gran parte de un pensamiento está ligado a los matices intuitivos de un lenguaje. De hecho, traducir literatura de otro idioma es uno de los ejercicios de escritura más exigentes que un humano puede realizar.
¿Cómo se relaciona esto con las ciencias? Nuestros mayores avances a menudo se producen cuando las áreas profundas de conocimiento, anteriormente separadas, se conectan. Se puede formar un puente intelectual o derribar una barrera, después de lo cual florece la creatividad.
Cuando hay un número suficiente de hablantes de un idioma para formar una cosmovisión basada en la perspectiva y la expresión de ese idioma, forman y desarrollan un conjunto de sus propios conocimientos. Sus ideas se envuelven en el lenguaje, sus experiencias y reacciones están codificadas en él y, a menudo, se pierden si se pierde el idioma.
El crítico Jacques Derrida dijo que el inconsciente está estructurado como un lenguaje. Él tenía una idea allí, pero es más significativo al revés: nuestro lenguaje está estructurado como el inconsciente.
Por esta razón, las diferencias psicológicas relacionadas con el lenguaje pueden conducir a enfoques diferentes de la ciencia y la tecnología, así como de la literatura.
De hecho, el psicoanálisis aborda la vida como la literatura viva. Su efectividad tanto en el tratamiento como en la producción de predicciones verificables ha sido una gran prueba de que ese lenguaje proporciona información sobre nuestros procesos sociales y neuropsicológicos.
La variedad de lenguaje es, por lo tanto, una variedad de vida humana. Esto, a su vez, impulsa aún más el desarrollo cultural y económico.
Es triste pensar que hay tantas personas maravillosas en el mundo con las que no puedo hablar. Es una maldita molestia, saber cuánto pensamiento y sentimiento se pierde en la traducción.
Pero no cambiaría mi lenguaje o el de ellos por un todo más simple.
La mejor solución, por lo tanto, sería el desarrollo de tecnologías que aumenten la fluidez y la velocidad de nuestras traducciones. Se están desarrollando tecnologías de esta naturaleza, a menudo impulsadas por líneas de investigación serias y maravillosas tanto de la fusión de las ciencias como de las humanidades.
El éxito de tales trabajos prácticamente garantiza la mejora tecnológica y científica.