El problema no es tanto la producción, sino el diseño. Por lo general, no se trata simplemente de escanear partes del cuerpo y replicarlo. Es por eso que tradicionalmente hay un especialista involucrado. Los aparatos ortopédicos (quizás los más simples, aunque no estrictamente protésicos) son un buen ejemplo. Simplemente adaptarse a la forma del cuerpo no es ideal.
Debe ser modificado para garantizar la comodidad, la calidad terapéutica y muchos otros factores.
Es por eso que gran parte de la acción en prótesis e impresión 3D ha girado en torno al carenado (secciones que son esencialmente cubiertas para el dispositivo protésico subyacente) en lugar de las propias prótesis.