No todos los pacientes necesitan ser sometidos a una radiografía antes de ajustarse. Hay una serie de pautas de consenso en la profesión quiropráctica, como las pautas de la misericordia, que tienen recomendaciones sobre el uso de rayos X. Como regla general, se toman radiografías por cualquiera de las siguientes razones:
- Trauma.
- Inicio de nuevos síntomas sin una causa clara, especialmente cuando se acompañan de signos de cáncer o infección ominosos o de “alerta roja”.
- La principal limitación de los rangos de movimiento.
- Un paciente que no responde al cuidado como se esperaba.
- Nuevo paciente mayor de 50 (el cáncer es mucho más común después de los 50).
- Deformidad ósea o cambios posturales significativos.
- Resultados del examen que sugieren escoliosis.
Tenga en cuenta que un quiropráctico que utiliza una técnica ósea práctica tendrá que estar 100% seguro de que no hay fractura (hueso roto) o tumor antes de comenzar el tratamiento según el principio de “primero, no hacer daño”. Sin embargo, uno que usa técnicas de fuerza más ligera para comenzar el tratamiento mientras espera ver si se manifiestan signos graves.
En mi práctica (antes de dejar la profesión) terminó siendo aproximadamente el 85% de los adultos y quizás el 5-10% de los pacientes pediátricos. La proporción de cualquier quiropráctico podría variar según el tipo de técnica y la carga de casos.