El tamoxifeno es otro buen ejemplo farmacogenético de cómo los polimorfismos genéticos, en CYP2D6, afectan la disposición del medicamento de tamoxifeno y su metabolito activo endoxifeno. La asociación entre el genotipo y el resultado (es decir, recaída del cáncer) está bien estudiada y aunque no estoy seguro de si esta información se ha implementado en su etiqueta, incluir el genotipo con los paradigmas de dosificación es cada vez más rutinario.
El clopidogrel y el tamoxifeno mencionado anteriormente son ejemplos de variaciones genéticas en los procesos farmacocinéticos. En contraste, un trabajo reciente aquí en UNC-Chapel Hill ha mostrado una asociación entre los polimorfismos genéticos del receptor adrenérgico beta-1 (objetivo farmacodinámico) y la supervivencia en pacientes con insuficiencia cardíaca. La razón de riesgo ajustada fue de 0.56 (IC 95% 0.45-0.75) para homocigotos de Ser49, lo que demuestra una supervivencia prolongada con este genotipo (ver The Journal of the American College of Cardiology). Si se replica en un estudio más amplio, esto puede tener el potencial de afectar los paradigmas de dosificación de los betabloqueantes, que son algunos de los fármacos más comúnmente recetados en el mundo.
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