- Enfermedad cardíaca : después de un ataque al corazón a menudo hay una falla en la bomba. Esto conduce a insuficiencia cardíaca congestiva, que a menudo se asocia con dificultad para respirar.
- Asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) : aquí la dificultad para respirar proviene del estrechamiento de los tubos bronquiales pequeños, llamados bronquiolos (en el caso del asma). Alternativamente a la EPOC hay cambios estructurales de los alvéolos, y los bronquios a menudo están infectados crónicamente. El resultado final es dificultad para respirar.
- Fibrosis quística : esta es una enfermedad genética donde las secreciones bronquiales tenaces conducen a muchas infecciones. Estos causan cambios estructurales que resultan en el estrechamiento de las vías respiratorias. Resultado final: dificultad para respirar.
- Distrofias musculares congénitas, miastenia grave : en estas condiciones, los músculos de la respiración son demasiado débiles para funcionar correctamente, lo que provoca dificultad para respirar.
Por cierto, los pacientes con todas estas afecciones también tienen falta de apetito.
