Obligó a una gran cantidad de personas homosexuales a salir del armario a la vez. La gente se enteró de que los homosexuales eran su familia, amigos y colegas, no monstruos invisibles e incomprensibles. Esto lleva a un colapso total de las actitudes homofóbicas y, en última instancia, a las protecciones legales, como las leyes contra la discriminación y el matrimonio entre personas del mismo sexo, de modo que la generación más joven pueda salir y vivir sus vidas con mucho menos riesgo.
Por supuesto, el SIDA fue horrible, y no creo que sería sensato desear simplemente expulsar a la gente del armario, pero sucedió así, así que también podemos alegrarnos con el lado positivo.
