La corteza prefrontal (PFC), que es muy importante para el autocontrol, usa mucha glucosa. Las deficiencias nutricionales conducirían a niveles bajos de glucosa que afectan la capacidad del PFC para funcionar correctamente. Normalmente, el PFC inhibe el cuerpo estriado (que es el área del cerebro que responde a la glucosa en sangre baja al decirle al cuerpo que coma) pero con poca glucosa la inhibición se detiene y los antojos son capaces de asumir el control.
Curiosamente, cuanto más hambre tenemos, más ansiamos la comida alta en calorías. Es por eso que cuando estás realmente hambriento a menudo anhelas dulces y dulces.
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