La extracción de estadísticas significativas de los datos de salud (por ejemplo, un cambio en el costo) es difícil porque la “atención médica” no es una “cosa” única (con un precio único) sino que es un complejo de decenas de miles de procedimientos (cada uno de los cuales puede cambiando de precio). Es un poco como tratar de rastrear “el costo del entretenimiento hogareño” o “el costo de las vacaciones”.
Si se limita a medir solo el gasto total (para medir los cambios en el costo), es muy probable que obtenga una respuesta incorrecta porque ha ignorado muchas cosas realmente importantes (por ejemplo, las tasas de uso).
Lo cual trae a colación el tema de cantidad vs. calidad. Una de las otras cosas que habrá ignorado (si solo observa el gasto total) es la calidad de la atención médica suministrada. El problema es que el costo de la atención médica no es un indicador confiable de su calidad. Por ejemplo, es mucho más barato que una enfermera registrada escriba una receta (por ejemplo, para un antihistamínico) que para un médico hacer lo mismo, pero la calidad de la atención médica proporcionada es la misma en ambos casos. Y hay muchas formas en que los cambios en los costos no alteran la calidad de la atención (por ejemplo, sustituir la atención domiciliaria por atención hospitalaria, enfermeras, médicos, etc.).