Hay dos formas principales en que los servicios de educación y salud apoyan la economía.
La primera es que son enormes industrias de servicios que proporcionan productos que las personas consumen, emplean a un gran porcentaje de la fuerza laboral y contribuyen al flujo general de actividad económica. En cualquier economía desarrollada, ambos son impulsores de la actividad económica significativamente mayores que, por ejemplo, todo el mercado de alimentos y comestibles.
El segundo es que proporcionan capacidades estructurales y habilitantes que respaldan otros tipos de crecimiento económico. La educación, en particular, parece estar muy relacionada con el crecimiento y el valor absoluto del PIB.
(Fuente: New York Times)