NICE (el Instituto Nacional de Excelencia en Salud y Atención) recomienda que para hacer un diagnóstico claro y evaluar la gravedad de la afección, las siguientes pruebas pueden ser útiles.
- Radiografía de tórax para excluir otros diagnósticos (y luego una tomografía computarizada si es necesario para investigar anomalías).
- Pruebas de función pulmonar conocidas como espirometría, que también analizan si la función pulmonar mejora con fármacos broncodilatadores.
- Una prueba de sangre para detectar infección, anemia u otros problemas.
- Cálculo del índice de masa corporal (IMC) para verificar el sobrepeso.
Bronquitis crónica, enfisema y EPOC (‘pulmón del fumador’)