En caso de que sufra los síntomas de la EPOC, como sibilancias, tos, dificultad para respirar e infecciones persistentes en el pecho, consulte al médico de cabecera. Su médico de cabecera puede hacerle preguntas sobre los síntomas y cualquier historial familiar de infección pulmonar junto con un examen de su tórax. Además de esto, es posible que también lo aconsejen para algunas pruebas como radiografía de tórax, análisis de sangre, espirometría, electrocardiograma, ecocardiograma, prueba de oxígeno en sangre, tomografía computarizada y una muestra de flema. Estas pruebas se realizan para determinar la gravedad y el diagnóstico de la EPOC.
No hay cura para la EPOC, pero el tratamiento puede retrasar la progresión de la enfermedad. Algunas de las opciones de tratamiento son el uso de inhaladores y medicamentos como teofilina y tabletas mucolíticas. En caso de una EPOC grave, un trasplante de pulmón o cirugía es una opción. Otras opciones de tratamiento incluyen medicamentos nebulizados, oxigenoterapia a largo plazo, oxigenoterapia ambulatoria y ventilación no invasiva.