Mi suposición es que los medios buscan la peor foto posible de una persona, especialmente sospechosos de delincuentes violentos cuando los ponen en sus medios de comunicación.
Hace algunos años me tomaron una foto de mi pasaporte. No puedes sonreír, y me dijeron que no frunciera mi ceño. Esta no es una buena fotografía. Parece que estoy a punto de matar a alguien. Me veo malvado. Cuando en realidad soy un lindo oso de peluche adorable.
Si alguna vez fui sospechoso de un crimen violento, esta sería la foto que usarían los periodistas. El jurado, al echarle un vistazo, me encontraría culpable.