La mayoría de los tratamientos para diabéticos (sé sobre todo sobre el tipo 2) se centra en el papel del azúcar en la sangre en el cuerpo. La diabetes es un trastorno endocrino e involucra a todas las hormonas endocrinas, pero especialmente al cortisol. Los niveles altos de cortisol pueden mantener elevados los niveles de azúcar en la sangre (gluconeogénesis), por lo que el cortisol debe controlarse además de la insulina. Cuando los niveles de cortisol se estabilizan, muchos problemas “nerviosos” desaparecerán.
Aparte de eso, la paciente necesita abordar las tensiones en su vida y hacer lo que pueda para eliminar o encontrar formas de tolerarlas. Es mejor identificar y eliminar las causas subyacentes de los problemas nerviosos que tratarlos con medicamentos, que pueden no ser metabolizados adecuadamente en el paciente diabético.
