Ciertamente, hay un uso excesivo de la TC en muchos entornos clínicos, incluido el trabajo maxilofacial. Dicho esto, sin embargo, cuando se prescribe y se usa adecuadamente, en la mayoría de los casos, el beneficio de la TC para el diagnóstico clínico y la reducción de la incertidumbre del médico supera con creces el riesgo de la TC. El riesgo de radiación al causar cáncer es acumulativo y probabilístico. Se debe evitar la exposición excesiva a la radiación, pero cuando sea necesario, el beneficio clínico es mayor que el pequeño riesgo futuro.
La TC de haz de cono utilizada en el trabajo facial tiene una dosis mucho más baja que la TC helicoidal utilizada en el cuerpo, aunque es mucho más que la radiografía dental. Cuanto menor sea el campo de visión, mejor y se debe usar un escudo tiroideo. Se pueden usar lentes con plomo para proteger los ojos si van a incluirse en el campo.
