En la práctica, ¿cómo los psiquiatras y los abogados involucrados en la evaluación de la cordura de los delincuentes trazan la línea divisoria entre acciones criminales y excusables causadas por un defecto mental?

La línea es simple, en realidad, la cuestión de la “locura legal” es si, en el momento en que ocurrió el acto criminal, el acusado pudo comprender la naturaleza del acto que estaba cometiendo. Es decir, sabían en el momento en que cometieron el asesinato que apretar el gatillo provocaría la muerte de la persona a la que lo estaban apuntando.

Esto es ligeramente diferente de la regla histórica de “McNaughton” que existía durante cientos de años, que requería que el acusado “conociera el bien del mal” en el momento en que se cometió el acto; esta regla todavía existe en algunas jurisdicciones, pero la mayoría de los estados modernos han adoptado la definición más flexible de “naturaleza del acto”.

Desafortunadamente, estas dos reglas hacen que las personas con problemas mentales reales sean encarceladas y que a menudo reciban un tratamiento mediocre (si es que tienen alguno) por sus problemas mentales reales. Un vagabundo que roba dinero a un transeúnte sabe lo que hizo, sabe que está mal, pero que aún puede padecer de paranoia o esquizofrenia. Según la ley, este vagabundo está sujeto a la prisión por el robo, pero puede o no recibir la atención psiquiátrica que necesita.

Esta respuesta no es un sustituto del asesoramiento legal profesional …