Un útero prolapsado puede diagnosticarse a través de un examen completo del sistema reproductivo. El veterinario detectará una masa protuberante de la vagina de la mascota.
Si su veterinario detecta sepsis, esto requiere tratamiento inmediato y posiblemente hospitalización. El perro recibirá líquidos por vía intravenosa y terapia electrolítica. Los antibióticos también serán administrados. Si el perro no presenta síntomas de sepsis, el veterinario tratará de devolver el útero a una posición normal. Esto se puede lograr en algunos casos inmediatamente después de que el veterinario realiza el examen inicial.
Algunos veterinarios pueden recomendar esterilizar a la mascota. Esta cirugía implicará la extirpación de los ovarios y el útero de la mascota, volviéndola estéril. Si la mascota se utiliza con fines de cría, el veterinario evitará la esterilización y la utilizará únicamente como tratamiento de último recurso.