La causa exacta del trastorno de síntomas somáticos no está clara, pero cualquiera de estos factores puede desempeñar un papel:
Factores genéticos y biológicos, como una mayor sensibilidad al dolor
Influencia familiar, que puede ser genética o ambiental, o ambas
Rasgo de negatividad de la personalidad, que puede afectar la forma en que se identifica y se percibe la enfermedad y los síntomas corporales
Disminución del conocimiento o problemas en el procesamiento de las emociones, causando que los síntomas físicos se conviertan en el foco en lugar de los problemas emocionales.
Comportamiento aprendido – por ejemplo, la atención u otros beneficios obtenidos por tener una enfermedad; o “comportamientos de dolor” en respuesta a síntomas, como la evitación excesiva de actividad, que puede aumentar su nivel de discapacidad
Este trastorno tiene una miríada de síntomas que incluyen los siguientes
Sensaciones específicas, como dolor o dificultad para respirar, o síntomas más generales, como fatiga o debilidad
No relacionado con ninguna causa médica que pueda ser identificada, o relacionada con una condición médica como cáncer o enfermedad cardíaca, pero más importante de lo que normalmente se espera
Un solo síntoma, múltiples síntomas o síntomas variados
Suave, moderado o severo
El dolor es el síntoma más común, pero sean cuales sean sus síntomas, tiene pensamientos, sentimientos o comportamientos excesivos relacionados con esos síntomas, que causan problemas importantes, dificultan su funcionamiento y en ocasiones pueden ser incapacitantes.
Los pensamientos, sentimientos y comportamientos excesivos pueden incluir:
Tener un alto nivel de preocupación sobre una posible enfermedad.
Teniendo en cuenta las sensaciones físicas normales como un signo de enfermedad física grave.
Temiendo la seriedad médica de los síntomas, incluso cuando no hay evidencia para apoyar esa preocupación.
Valorar las sensaciones físicas como amenazantes, dañinas o causantes de problemas.
Sintiendo que la evaluación médica y el tratamiento no han sido adecuados.
Temiendo que la actividad física pueda causar daño a su cuerpo.
Revisando repetidamente su cuerpo en busca de anormalidades.
Visitas frecuentes de atención médica que no alivian sus inquietudes o que las empeoran.
No responde al tratamiento médico o es inusualmente sensible a los efectos secundarios de los medicamentos.
Tener una discapacidad más grave de lo que normalmente se esperaría relacionado con una afección médica.
Buena suerte, espero que esto ayude.