Al menos en la Iglesia Católica, no lo es. La prohibición se basa en argumentos filosóficos y teológicos sobre el significado y el propósito de la sexualidad humana basados en la naturaleza misma de la persona humana como creada por Dios. La conclusión de estos argumentos es que la sexualidad humana (y específicamente el sexo) tiene dos propósitos que no pueden separarse: la unidad (expresión del amor y la unión entre los cónyuges) y la procreación.
Los argumentos son un poco complejos para expresar completamente en este foro. Puede profundizar en estos argumentos desde varias fuentes. Los más complejos están en los escritos de Karol Wojtyla (Papa Juan Pablo II). Lo filosófico está en Amor y Responsabilidad ; lo teológico está cubierto en El hombre y la mujer que Él creó . Hay versiones simplificadas de Christopher West, pero a veces tiene algunos errores; en su mayor parte, sin embargo, son precisos para el consumo común.
