Los diferentes términos reflejan las raíces comerciales y tecnológicas de la industria y, a menudo, los antecedentes particulares del escritor.
La industria farmacéutica (“Pharma”) creció a partir de la síntesis de aspirina en 1897 por Felix Hoffmann, un químico de Bayer, que dio lugar al primer fármaco fabricado comercialmente a gran escala. (Ver Aspirina y Bayer).
El área de Alemania donde se formó Bayer a fines de 1800 se denomina a veces “Silicon Valley of Industrial Chemistry” y la aspirina, como la mayoría de los medicamentos iniciales, es una “molécula pequeña” relativamente simple que se fabrica utilizando tecnología de síntesis industrial. Una planta de fabricación farmacéutica típica se parece mucho a cualquier otra instalación de productos químicos industriales.
Por el contrario, la industria de la biotecnología (“Biotech”) se lanzó en 1976 en Silicon Valley, comenzando con el desarrollo de la insulina humana por parte de Genentech (un acrónimo de genética, ingeniería y tecnología). Genentech fue fundada por el capitalista de riesgo Robert Swanson y el bioquímico Herbert Boyer de UCSF para comercializar la nueva tecnología de ADN recombinante. (Ver Genentech e Insulina).
El ADN recombinante realiza cambios en el ADN de las células vivas, cambiando sus vías bioquímicas internas para que produzcan moléculas de interés. Las drogas biotecnológicas son típicamente proteínas de varios tipos, y tienden a ser ‘moléculas grandes’ muy complejas. Debido a que el proceso de fabricación típicamente consiste en cultivar grandes cantidades de células en un medio nutritivo, y luego filtrar la molécula de interés, el interior de una planta de biotecnología se parece más a una cervecería de alta tecnología que a una planta de proceso.
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En los últimos años, a través de una gran cantidad de fusiones y adquisiciones en toda la industria, casi todas las grandes compañías farmacéuticas se han diversificado también en biotecnología, lo que lleva a la preferencia actual de “Biopharma” como el término descriptivo de elección.
