Esta película está muy cerca de mi corazón porque quizás podría relacionarme con ella de múltiples maneras.
Para responder a su pregunta, No, no padece ningún trastorno, síndrome o cualquier otra cosa para la que le gustaría usar etiquetas. Lo que realmente está sufriendo es una confusión de identidad propia. Se pasa la vida entera complaciendo a las personas a su alrededor, frenando su propia alma, sus propias necesidades en el proceso. Cuando digo necesidades, no es algo que tiene que presentarse de manera autoritaria sobre los demás, sino algo que es sutil, especialmente, algo que se forma a través de sus propias experiencias personales.
Ved como un niño se muestra como alguien que se interesa por historias, fantasías. Esto no significa que sea un chiflado, sino que tiene sus propios intereses como individuo. Estos intereses son algo que cautiva la mayoría de sus pensamientos. Se han realizado muchas investigaciones en esta área, pero la que primero viene a mi mente es el concepto de Flujo (psicología). Es un estado mental que te hace más feliz / comprometido sin una sensación de tiempo fugaz, algo que no servirá para ganar dinero o fama, sino porque te interesa tanto que incluso te olvidas de qué es el dinero o la fama. Un ejemplo que viene a la mente es de Einstein. Nunca se propuso ganar un Premio Nobel, sino comprender por qué uno nunca puede superar la velocidad de la luz.
Cuando las necesidades de Ved se ven frustradas por la presión de ajustarse a un molde definido por sus padres, él pierde su identidad. Y es realmente difícil frenar los sentimientos; ellos encuentran sus propias formas no saludables de manifestarse. De hecho, algunos de los mejores materiales que he leído sobre psicología explican que los comportamientos no son más que estrategias de afrontamiento. La experiencia que uno experimenta modela su psique inconscientemente para construir estrategias de afrontamiento. Jugar a Don fue la estrategia de Ved para desahogarse.
Una vez que su vida toca fondo, se pone en contacto con sus sentimientos que fueron sometidos profundamente dentro de él, y eso lo transforma. Todos sus “trastornos percibidos” desaparecen porque ya no tiene que arreglárselas con sus propios sentimientos dominados. Él descubre el nuevo “yo” que es asertivo con respecto a sus necesidades y le gusta lo que hace, y eso lo ayuda a encontrar su verdadera felicidad. Y se ha demostrado realmente que uno no puede ser feliz en ninguna relación si el “yo” es infeliz, porque en todas las relaciones, el “yo” siempre está presente.
En sus libros, Nathaniel Branden defendió mucho acerca de la identidad propia, el respeto por sí mismo y el amor propio.