Los tumores son benignos o cancerosos, y no van de uno a otro.
Un tumor benigno no es un tumor canceroso. A diferencia de los tumores cancerosos, un tumor no canceroso no puede diseminarse por todo el cuerpo. Un tumor no maligno puede ser grave si presiona un nervio primario, una arteria principal o comprime la materia del cerebro. En general, los tumores benignos responden bien al tratamiento y el pronóstico suele ser favorable.
Un tumor maligno es una masa cancerosa. La palabra maligno es en latín “mal nacido”. Este tipo de tumor tiene la capacidad de multiplicarse sin control, de hacer metástasis (diseminarse) a diversas partes del cuerpo e invadir el tejido circundante.