Al igual que con las personas poco saludables, no tenemos idea de lo que le sucederá a alguien, además de poder notar que existen miles de posibles efectos secundarios que van desde leves a moderados a serios o fatales. Los antidepresivos, de cualquier clase, pueden causar los mismos efectos secundarios en personas deprimidas, personas no deprimidas con otras afecciones de salud (ya sean mentales o físicas) y personas completamente sanas.
Eso incluye cosas como disfunción sexual, sedación, náuseas, diarrea, Parkinson, depresión, psicosis, ansiedad, manía, despersonalización, dependencia física y abstinencia, dolores de cabeza, ira, hemorragia interna, convulsiones, aborto, insomnio, cambios de peso, anhedonia e incluso suicidio. Se han observado miles de otros efectos secundarios, y todos ellos potencialmente pueden ser experimentados por personas normales si toman antidepresivos, independientemente de la dosis que se tome o durante cuánto tiempo.
Todo el mundo responde a las sustancias psicoactivas de forma diferente, así que la forma en que una persona experimente los antidepresivos puede no dar una buena idea de cómo afectarían a otra, y las reacciones pueden cambiar con el tiempo o entre diferentes medicamentos o dosis. Los antidepresivos no curan la depresión, la ansiedad o cualquier otra cosa para la gran mayoría de los pacientes que sienten que existe una razón médica para tomarlos, y tampoco existe una medida neuroquímica de “enfermedad mental” capaz de diagnosticar o separar a las personas normales de malestar de todos modos.
En resumen, si una persona normal / sana tomaba antidepresivos, podrían experimentar algunos efectos secundarios incómodos, podrían experimentar algunos efectos secundarios muy graves, podrían soportar meses o años de abstinencia debilitante e incluso podrían morir. Se ha visto antes.