Tiene toda la razón en que, para la mayoría de los virus, la mayoría de las veces es una ventaja infectar, pero no dañar o matar al host.
Los seres humanos están infectados por todo tipo de virus que persisten durante muchos años sin causar una enfermedad aguda o que ponga en peligro la vida. Puedes ver una lista aquí:
Infecciones virales persistentes
Nuestros genomas están llenos de retrovirus endógenos: virus de ARN que han insertado copias de ADN de ellos en nuestros cromosomas y (si tienen tejido de línea germinal infectado) se transmiten pasivamente de generación en generación. Alrededor del 5% del genoma humano está compuesto de estas secuencias virales, y se cree que han contribuido a nuestra evolución, al alterar la expresión de genes cercanos, reorganizar cromosomas y proporcionar nuevos genes.
Retrovirus endógenos y evolución humana
El intercambio entre virulencia y transmisibilidad es uno de los problemas más interesantes en la dinámica evolutiva. Básicamente, el virus tiene que “elegir” entre maximizar su replicación (y posiblemente matar o incapacitar a su host), o moderar su replicación con la esperanza de que un host activo ayude a propagarlo. La mayoría de los virus altamente virulentos tienden a evolucionar hacia formas menos virulentas con el tiempo. Una excepción es la viruela, que puede persistir en el medio ambiente durante años y, por lo tanto, necesita menos asistencia de su anfitrión para la transmisión.
Una explicación muy legible de esta dinámica está aquí:
Evolución desde la vista de un virus
Y un tratamiento más riguroso aquí:
Teoría y empirismo en la evolución de la virulencia
¿Qué pasará si la glándula pituitaria no pudo liberar la hormona antiduiretica?
¿Cómo se ‘disuelve’ un ion en fluido? ¿Es esto una manera elegante de decir “rodeado”?
¿Pueden las hormonas cambiar tu personalidad?
¿Es la inconsciencia el cuerpo mismo?
¿Hay alguna reacción de abstinencia de una ingesta prolongada de vitaminas, calcio, magnesio, etc.?