Cómo recuperarse del estigma de 3 años de abuso continuo de antidepresivos

El único estigma del que deberías sentir como que te estás recuperando es uno que te impone a ti mismo.

No hay vergüenza en los antidepresivos. Si tenía diabetes, tomaría insulina, si tuviera cáncer, tomaría la quimioterapia.

A veces, la química de nuestro cerebro necesita un ajuste médico hasta que podamos aprender comportamientos y pensamientos para sobrellevar el dolor emocional. No es como si estuvieras disparando heroína o fumando metanfetamina.

Que ya no tenga que tomar antidepresivos podría ser un testimonio de lo bien que estos medicamentos lo ayudaron a salir de sus razones para necesitarlos.

Sigue viendo a tu médico para los “check-ins” y siéntate orgulloso de cómo has superado tu dolor. No es un estigma, es una insignia de honor.