La práctica de la medicina moderna, también llamada medicina principal, está basada en la evidencia y es altamente objetiva. El alcance de las opiniones subjetivas individuales existía antes cuando los diagnósticos no estaban tan disponibles como hoy. Pero en los tiempos modernos con el repertorio de investigación disponible no debería haber mucha diferencia de opinión si los médicos tratantes son de buen calibre.
Incluso en el caso del diagnóstico clínico (el examen preliminar, una suposición descabellada), la interpretación final se incluye dentro de un menú aceptable de diagnóstico diferencial, lo que significa una lista de todas las condiciones posibles dados los datos disponibles de presentación de la enfermedad.
Los médicos bien entrenados suelen tener un diagnóstico similar. Es solo con un enfoque casual o por médicos mal informados que harán un diagnóstico deficiente y, por lo tanto, una diferencia de opinión. Una enfermedad cardíaca puede parecerse a la gastritis. Un doctor conocedor sospecharía e investigaría para probar su punto. Un hombre casual prescribirá y eliminará el pt. La clave es la atención al detalle.
Otra cosa es que lo que la gente común piensa que la diferencia de opinión no tiene por qué ser una diferencia real. Algunas veces la redacción del diagnóstico puede dar esa impresión.
La Tierra es redonda, nos han dicho, pero ahora sabemos que no es una esfera perfecta. Es un esferoide achatado, una esfera aplastada en sus polos e hinchada en el ecuador. ¿Puede eso llamarse diferencia de opinión?
Del mismo modo, los datos de diagnóstico adicionales por medio de investigaciones pueden hacer que el diagnóstico provisional sea más completo y preciso y que el incauto pueda interpretarlo como una diferencia de opinión.
La prueba del pudín está en comer. El campo de pruebas es la histopatología, la herramienta del diagnóstico final. La mayoría de las veces, la interpretación de una biopsia es mutuamente coherente si dos patólogos competentes interpretan dicha biopsia.
En caso de duda, enviamos biopsias de tejidos a dos patólogos diferentes y rara vez obtenemos opiniones diferentes. Un cáncer infiltrante de células de conducto de mama es el mismo para cualquiera. La redacción puede ser diferente, pero la opinión final debe coincidir.
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Cuando nos enfrentamos a cualquier diferencia de opinión, discutimos con los patólogos respectivos y revisamos la opinión a la luz de los datos clínicos y radiológicos. Todo sucede en las reuniones de la junta de tumores cuando la toma de decisiones no es un enfoque directo.
Mediante discusiones, se genera un consenso cuando hay muchas áreas grises como en cualquier situación de vida donde cada incidente no aparece en blanco y negro para una decisión precisa. También lo es la práctica de la medicina, que no es una ciencia perfecta sino una combinación de ciencia y arte con innumerables variables y complejidades para burlarse incluso de los mejores cerebros.
El punto final es que no siempre se busca precisión matemática sino consenso, que estará allí si el enfoque fue científico.