Aunque no es probable que se produzca una cura permanente de la enfermedad, siempre hay ciertas industrias que “pasan de moda, como los sombreros de las mujeres y los látigos con errores”. Entonces tomarían su dinero e irían a otro lado e inventarían nuevas industrias.
Por cada enfermedad que conquistamos, surge una nueva. En 1900, las infecciones y la hemorragia fueron los asesinos más comunes. Hemos corregido bastante estos problemas, pero aún estamos muriendo.