Fumar actúa como una forma de adrenalina de acción prolongada, aprieta los vasos sanguíneos distantes mientras eleva la frecuencia cardíaca. La vida media de la nicotina es de 1-2 horas, por lo que puede permanecer durante cuatro horas después de cada cigarrillo. El hueso necesita sangre, así que cuando esto sucede, evita que las células óseas reciban los nutrientes que necesitan para sanar y crecer. Esta es la razón por la cual muchos procedimientos quirúrgicos fallan en los fumadores.
Impacto de la nicotina en la curación ósea
