Big Pharma no gana mucho dinero tratando las enfermedades que se previenen tan fácilmente con la vacunación.
Las enfermedades de “dinero grande” son enfermedades de las elecciones de estilo de vida. Ojalá hubiera una vacuna que me permitiera comer papas fritas y helado, y no contraer enfermedades del corazón, diabetes o uno de los cánceres azucarados.
Hasta entonces, tendré que conformarme con prevenir la rabia (una vez en riesgo), el tétanos, algunos de los hepatitsuses, sarampión, tos ferina, viruela, etc. etc. y así sucesivamente.
El problema con el helado queda a mi decisión en la tienda de comestibles.