¿Por qué los órganos deben “emparejarse” antes del trasplante?

Los órganos deben ser compatibles inmunológicamente para reducir el riesgo de complicaciones de la enfermedad del huésped frente al injerto.

Nuestros genomas son 99.999% iguales pero esa minúscula diferencia en nuestros genomas se manifiesta como variaciones entre la humanidad. Nuestro sistema inmune puede detectar estas diferencias sutiles ya que todos expresan diferentes antígenos de superficie (en el locus HLA) y diferentes anticuerpos. Cualquier material celular (aparte de las transfusiones de GR) se reconocerá como extraño y su cuerpo lo atacará.

Sin embargo, la fuerza de la respuesta inmune a la materia humana extraña (como un trasplante de órgano) variará dependiendo de la fuerza con que los anticuerpos del huésped reconocen y se unen a los anticuerpos del aloinjerto. Los pacientes se emparejan de forma que el tejido del donante ilícita la menor cantidad de respuesta inmune para mitigar la enfermedad del huésped frente al injerto, de modo que el cuerpo del huésped no rechace el órgano trasplantado.

La determinación de coincidencias en el trasplante de órganos generalmente se realiza mediante tipaje de HLA.