La droga no tiene un sistema de GPS.
La remediación del Parkinson requiere un aumento en los niveles de Dopamina en un área específica del cerebro (llamada ganglio basal).
Desafortunadamente, la dopamina no puede administrarse directamente porque no cruza la barrera hematoencefálica (un punto de seguridad que permite que solo productos químicos seleccionados ingresen al cerebro)
Por lo tanto, la droga debe administrarse como L-Dopa, un precursor de la dopamina (que el cerebro puede luego convertir en dopamina). Esto es similar a tratar de llevar un rifle a su amigo en prisión. Un arma real nunca pasaría a los guardias de seguridad, por lo que tienes que desmantelarla y hornear las piezas en cupcakes. Los guardias de seguridad permitirán que pasen estos pastelitos cargados. Entonces, tu amigo, quien los consigue, puede armar su arma)
Una vez en el cerebro, este L-Dopa puede ser utilizado por muchas áreas, no todas dirigidas, y algunas de las cuales no necesitan un suministro adicional. Estas áreas, (por ejemplo, el Tegmento Ventral) que ahora tienen un exceso de Dopamina, pueden causar un comportamiento inusual de repente, como los juegos de azar y las compras compulsivas.
Y, lamentablemente, un aumento excesivo de la dopamina se asocia con un trastorno del pensamiento similar a la esquizofrenia.
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Por lo tanto, la dosificación de la medicación para el Parkinson se debe regular cuidadosamente.