Lo he estado sufriendo durante dos años y medio, y esto es lo que puedo decir de él. Es extremadamente:
– extraño
– alienante
Doloroso
– espantoso, de la manera más instintiva.
Nada me hizo desconfiar tanto de la profesión médica. Me sentí abandonado, ignorado, traicionado. Los médicos me dieron consejos que casi me hicieron perder la capacidad de vivir, porque tener una vida en la que cualquier sonido se sienta como cuchillos de 120 db apuñalándome los oídos no es vivible.