Como se ha mencionado, existen numerosas relaciones entre las citocinas y la psicología (patológicas o de otro tipo), cuyos detalles son en su mayoría desconocidos. Sería difícil establecer una relación de causalidad para muchas de estas relaciones: los estados cerebrales afectan tanto al sistema inmunitario como al revés, y la co-ocurrencia de enfermedades microbianas o autoinmunes con cambios en los niveles de citoquinas enturbia el agua también.
Sin embargo, un ejemplo concreto de citocinas que está causando estragos es el caso de Inteferon-alfa, una citocina utilizada para el tratamiento de la hepatitis, que induce síntomas depresivos en aproximadamente la mitad de quienes la toman.
Para más información, esta revisión parece realmente interesante: información de la depresión relacionada con interferón-α para la patogénesis …
El IFN-α desencadena respuestas inmunes, anomalías del eje hipotálamo-pituitario-adrenal y alteraciones del metabolismo cerebral similares a las de otros estados depresivos […] Además, el IFN-α altera la señalización neurotrófica e impide el crecimiento de neuritas, plasticidad sináptica, neurogénesis endógena y supervivencia neuronal . En consecuencia, la depresión relacionada con IFN-α puede representar un modelo para los cambios neurodegenerativos que se notan en la depresión mayor de la última etapa de la vida. De hecho, la observación de que las respuestas cerebrales en la depresión relacionada con el IFN-α se parecen a la depresión idiopática se ve respaldada por la existencia de firmas genéticas comunes, entre las que cabe destacar que se han identificado varios genes de plasticidad y supervivencia neuronal. En vista de la alta incidencia de síntomas depresivos, la depresión relacionada con IFN-α es un modelo atractivo para estudiar los enlaces entre la plasticidad neuronal, la neurodegeneración y la depresión.