Antes de acostarse, remoje sus pies en agua caliente durante 10 minutos para suavizar la piel dura.
Frote suavemente una piedra pómez de un lado a otro a través del área afectada durante tres a cinco minutos y luego seque sus pies.
Sumerja una bola de algodón en aceite de ricino y colóquela sobre el maíz. Asegúrelo con cinta adhesiva y déjelo puesto durante la noche.
A la mañana siguiente, quite el vendaje y aplique aceite de ricino varias veces al día.
Repita el tratamiento por varios días hasta que el maíz se haya eliminado por completo.