La respuesta de Liang-Hai Sie es informativa.
La respuesta global es que la extremidad afectada es indolora e inútil. Además, afecta el metabolismo del paciente y probablemente matará al paciente en 1-2 semanas si se deja en su lugar. No amputar es una opción razonable en un paciente muy anciano, frágil o demente.
La amputación de la extremidad necrótica puede permitir que el paciente se recupere y luego ingrese a la rehabilitación de amputados. El paciente puede aprender a usar una prótesis para moverse. El objetivo de este tipo de cirugía es una independencia satisfactoria sin dolor. Una extremidad artificial está personalizada. Alternativamente, iften adicionalmente, el paciente aprende el uso de una silla de ruedas. El dolor retrocede y la vida se reanuda.
La extremidad restante necesita una vigilancia cercana, bajo supervisión especializada, para evitar un destino similar. El riesgo de pérdida de la segunda extremidad por motivos similares es del 50% durante la vida del paciente. El paciente generalmente tiene una esperanza de vida limitada después de la amputación debido a una cardiopatía isquémica coexistente. 5 años es la duración habitual de la vida después de la primera amputación en pacientes de mayor edad, especialmente aquellos que padecen diabetes mellitus.