La razón es que se necesita hacer mucha más investigación para demostrar que el medicamento es realmente útil para tratar la depresión, y que dicha investigación está comenzando a aparecer lentamente debido a varias razones.
- La falta de fondos, que a su vez es consecuencia de:
- El hecho de que, al contrario de lo que otras respuestas aquí mencionan, MDMA no puede ser patentado por las compañías farmacéuticas debido a que el medicamento se descubrió hace más de medio siglo y su patente ya expiró.
- El hecho de que su potencial proviene de su uso en pocas sesiones y no de uso continuo como es el caso de los antidepresivos tradicionales, por lo que es aún más rentable.
- El estigma que rodea a la droga después de décadas de prohibición, lo que dificulta a los investigadores obtener fondos de gobiernos y ONG.
- El estado legal del medicamento, que lo convierte en una pesadilla burocrática para que los investigadores obtengan los permisos necesarios para trabajar con MDMA.
A pesar de estos obstáculos, hay organizaciones como MAPS que están llevando a cabo estudios científicos para investigar el potencial de la droga en el tratamiento de condiciones psiquiátricas (es decir, trastorno de estrés postraumático), y han obtenido permisos de la FDA para estudios a gran escala que esperan lideraría el camino para hacer MDMA una medicina legal para 2021.
Si eso sucede, se habrían eliminado muchos obstáculos para investigar los posibles usos del medicamento para tratar otras afecciones psiquiátricas como la depresión.