¿Para qué son los anestesistas?
¡Solo para que el paciente se relaje y no sienta el dolor de la cirugía!
Es bastante normal que todos los pacientes estén un poco ansiosos antes de la inducción. El anestesista se asegura de que los temores del paciente desaparezcan y el cirujano tranquiliza al paciente con calor. El paciente ya recibirá medicamentos preanestésicos administrados en el propio pabellón.
Mientras las explicaciones tranquilizadoras continúan, el paciente bosteza y el paciente ya está bajo.