Estoy escribiendo esto como una persona que luchó con la adicción a los videojuegos, entre otras cosas. Tengo la fortuna de poder escribir con la voz de un adicto, así como de alguien que ha trabajado con adictos y alguien que ama a los adictos.
La adicción es una curiosidad mía. Comenzó con lecturas sobre aprendizaje y memoria, profundizando en el trauma y viendo repeticiones en niños, seres queridos e incluso en mí mismo. Cuando estás sufriendo y el mundo se está acercando, buscas consuelo. Intentas encontrar refugio por breves instantes de tiempo. Incluso si es por unos minutos, el escape valió la pena porque el dolor es insoportable.
El rasgo subyacente de la adicción es que es un comportamiento que conduce a algún tipo de consecuencia deseada. Puede venir en forma de sustancias como el alcohol o las drogas duras, ir de compras o trabajar, atracones o restringir; de alguna manera, encontramos nuestra combinación única de comportamientos o sustancias adictivas para adormecer el dolor o ignorar algo que no podemos resolver.
Todo lo que hacemos reconecta el cerebro. Considere el cerebro y todas sus redes neuronales como las raíces de un árbol. Cuanto más aguamos o usamos estas raíces, más fuertes se vuelven. Se convierten en vías predeterminadas para que nos comportemos y veamos el mundo. Dependiendo de la duración e intensidad de cada adicción y de la genética individual, la capacidad de una persona para reconectarse y adoptar nuevas vías neuronales como adaptación o forma de ser predeterminada varía.
Entonces está el cerebro parte de eso. Otro componente con adicción y cambio es qué tan preparada está una persona para mantener el cambio. Si una persona está en recuperación, hay una gran probabilidad de recaída. La recaída es la naturaleza de ser un ser humano. ¿Alguna vez has intentado ir al gimnasio para tu resolución de Año Nuevo? ¿Como fue eso para ti? Supongo que o no funcionó, o se necesitaron múltiples intentos y momentos de falla para hacer una transición completa a un estilo de vida más saludable. ¿Por qué? Porque el cerebro, el cuerpo y la disposición de la persona tienen que trabajar juntos para garantizar el cambio.
Cuando tenemos nuestros resbalones o hipo con recaída, la vergüenza puede convertirse en parte de nuestra narrativa. Puede ser vergonzoso comenzar de nuevo, y algunas veces las palabras o los pensamientos de los demás al juzgarnos pueden mantenernos a raya. Podríamos empezar a creer que tenían razón, y no tiene sentido la recuperación. “Tal vez solo soy un adicto”.
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Alguien que busca la liberación del dolor es alguien que ha experimentado su parte justa del dolor del mundo. Alguien que siente dolor es un ser humano.
Las etiquetas y los estigmas relacionados con la enfermedad mental y la adicción también nos aíslan de la compasión y el apoyo que tanto necesitamos. Mientras más apoyo social tenga una persona, es menos probable que se caiga en una recaída.
Cuando los adictos salen de la recuperación, muchas veces el sistema familiar (entorno inmediato) no ha cambiado para adaptarse al nuevo yo de la persona. A veces, las habilidades de afrontamiento más sanas las aprende un individuo, sin embargo, el sistema en el que se encuentra una persona no está listo para cambiarse a sí mismo. Esto es cuando puede ocurrir un sabotaje, o cuando el ambiente es tan poderoso, la persona vuelve a adoptar formas poco saludables para sobrellevar la situación.
Si bien los programas de recuperación pueden ayudar a construir nuevas bases para los comportamientos, cambiar los pensamientos y los patrones emocionales, somos estimulados por estímulos externos y eventos intensos. Como otros lo han expresado, el trauma puede volvernos a las viejas costumbres. Estamos en modo de lucha, huida o congelación. Nuestros cerebros vuelven a nuestras formas originales de sobrellevar el dolor, y a veces es automático. Para superar estas recaídas, debemos tener compasión y perdón por nuestra humanidad. Es más probable que ocurra una recaída, y con el tiempo puede ser más fácil cuando somos capaces de reconocer que se necesita apoyo y diferentes herramientas para vivir una vida diferente.
Cosas clave a considerar para la recuperación de por vida:
- Red de apoyo positiva (encuéntrala, búscala, pídela. Un ambiente tóxico hará que recaer sea más fácil)
- Diciendo NO (Recuerde su lucha, y todo el trabajo que realiza para llegar aquí. Vale la pena mantenerse sobrio).
- Check-ins con terapeutas o mentores (Ser responsable ante otra persona. Ayuda a sentirse como si alguien estuviera cuidando de usted).
- Identifique su estrés y factores desencadenantes (Esto puede ser tan fácil como una lista y solicitando a algunas personas de su confianza que lo señalen cuando parece incómodo o que se les escape).
- Salida creativa (Canalice sus emociones en algo. No permita que el dolor lo consuma desde adentro).
- Metas a corto plazo (Esto es algo que dura toda la vida. Tómalo cinco minutos, un día a la vez. Un minuto es mejor que cero).
- Celébrate a ti mismo (lo que significa, NO compares con los demás. Cada uno de nosotros tenemos diferentes historias y herramientas en la vida. No tienes que defender tu pasado).
- Siga aprendiendo, apoye a los demás a su manera (busque videos, libros, sitios web relacionados con la recuperación o cualquier interés que tenga. Cuantos más propósitos y conexiones tengamos en nuestras vidas, menos probabilidades tendremos de recaer).