La farmacología clínica es la ciencia de las drogas y su uso clínico. Está respaldado por la ciencia básica de la farmacología, con un enfoque adicional en la aplicación de principios farmacológicos y métodos cuantitativos en el mundo real. Tiene un amplio alcance, desde el descubrimiento de nuevas moléculas diana, hasta los efectos del uso de drogas en poblaciones enteras.
La farmacología clínica conecta la brecha entre la práctica médica y la ciencia de laboratorio. El objetivo principal es promover la seguridad de la prescripción, maximizar los efectos del medicamento y minimizar los efectos secundarios. Es importante que haya una asociación con los farmacéuticos con experiencia en áreas de información sobre medicamentos, seguridad de los medicamentos y otros aspectos de la práctica farmacéutica relacionados con la farmacología clínica. De hecho, en países como Estados Unidos, Holanda y Francia, los farmacéuticos se capacitan para convertirse en farmacólogos clínicos. Por lo tanto, la farmacología clínica no es específica de la medicina.
Los farmacólogos clínicos suelen tener una formación médica y científica rigurosa que les permite evaluar las pruebas y producir nuevos datos a través de estudios bien diseñados. Los farmacólogos clínicos deben tener acceso a suficientes pacientes ambulatorios para la atención clínica, la enseñanza y la educación, y la investigación, así como ser supervisados por especialistas médicos. Sus responsabilidades con los pacientes incluyen, entre otros, el análisis de los efectos adversos de los medicamentos, la terapéutica y la toxicología, incluida la toxicología reproductiva, los riesgos cardiovasculares, el manejo perioperatorio de medicamentos y la psicofarmacología.
Además, la aplicación de técnicas genéticas, bioquímicas o viroterapéuticas ha llevado a una clara apreciación de los mecanismos implicados en la acción de los medicamentos.
