¿Empeoraría la situación si el Síndrome de Alcoholismo Fetal no se diagnostica y, por lo tanto, no se trata?

¡Simplemente, sí!

El diagnóstico correcto conduce a intervenciones correctas. Mientras que FASD no es tratable, es manejable con una estructura consistente, rutinas y la comprensión de cómo funciona la función cerebral y el daño cerebral.

En muchos casos, particularmente con niños, se considera que el niño tiene problemas de conducta y las escuelas adoran las intervenciones de tipo modificación de conducta. Esto es completamente apropiado para niños “regulares” pero es un desastre para aquellos con FASD. Conduce a síntomas secundarios en forma de agresión, ansiedad y depresión, ya que se le dice repetidamente al niño que puede esforzarse más y que se le castiga por no hacerlo. En realidad, tienen una discapacidad basada en el cerebro que hace que sea mucho más difícil intentarlo. Es como decirle a una persona ciega que si intentan más, ya no estarán ciegas.

Sugiero que, incluso de adulto, un diagnóstico preciso es la clave para volver a enmarcar el problema, comprender las necesidades o preocupaciones del cerebro y modificar el entorno para lograr el éxito.

¡Siempre puede consultar nuestro sitio web para obtener ideas y recursos básicos, y cómo obtener un diagnóstico si lo desea! ¡Buena suerte! 🙂

Apoyo y recursos para familias que cuidan niños con FASD