Entonces, ¡esa es en realidad una pregunta muy relevante!
Este año, a partir del 1 de enero, entró en vigor la Directiva sobre piensos veterinarios, que dio como resultado una reducción en el uso de antibióticos como promotores del crecimiento y prohibió el uso de antibióticos clínicos humanos en la producción de alimentos para animales. Esto da como resultado una reducción profunda en el uso de antibióticos y, por lo tanto, una reducción en la capacidad de transmitir elementos genéticos móviles asociados con antibióticos verticalmente.
Además, los veterinarios tienen restricciones en cuanto a los tipos y clases de antibióticos que pueden usar, reservándose los antibióticos más nuevos y más fuertes para pacientes clínicos humanos.
La industria agrícola ha estado usando al azar antibióticos desde mediados del siglo XX. Se han tomado medidas para rectificar esta situación. Para combatir la resistencia a los antibióticos, tendremos que cambiar nuestra relación con los antibióticos como cultura y desarrollar nuevas herramientas. Estas herramientas deben desestabilizar y eliminar elementos genéticos asociados con antibióticos de la microbiota residente o dirigirse más a patógenos específicos.