Se han fomentado avances recientes en el tratamiento de la anorexia, tanto en adolescentes como en adultos.
A pesar de su reputación como un trastorno por excelencia moderno, la anorexia no es nada nuevo. Los historiadores creen que muchos de los “santos en ayunas” de la Edad Media tenían anorexia. El primer informe médico de la enfermedad apareció en 1689, escrito por el médico londinense Richard Morton, quien lo describió como “un consumo nervioso” causado por “la tristeza y los cuidados angustiados”.
Incluso tan recientemente como la década de 1970, la anorexia seguía siendo una rareza clínica, una enfermedad que los médicos rara vez vieron, y mucho menos tenían una idea de cómo tratarla.
Las tasas de anorexia habían estado aumentando constantemente desde la década de 1950, pero no fue hasta la muerte de la cantante Karen Carpenter en 1983 que el trastorno se convirtió en una palabra familiar. Murió de insuficiencia cardíaca debido a la anorexia nerviosa, y de repente las historias de los periódicos y los especiales de televisión después de la escuela comenzaron a contar con adolescentes que “morían por estar delgadas”.
Hasta una de cada cinco personas con anorexia crónica puede morir como resultado de su enfermedad, ya sea debido a los efectos directos de la inanición y la desnutrición o debido al suicidio, convirtiéndolo en el más mortal de todos los trastornos psiquiátricos.
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Aunque los científicos han logrado un progreso tremendo en la decodificación de la biología subyacente de los trastornos alimentarios y en encontrar formas de intervenir en los casos de anorexia adolescente antes de que el trastorno se convierta en crónico, esto no se ha traducido en tratamientos efectivos para los adultos.
En Ohio, hubo un programa experimental intensivo de cinco días para ayudar a los adultos con anorexia. Lo que hizo que este experimento fuera diferente fue que utilizó la última investigación en neurobiología para moldear sus objetivos, así como también cómo se entregó su tratamiento. Y dado que las investigaciones confirman que la mayoría de los pacientes tienen dificultades para realizar cambios en sus propios comportamientos arraigados, los pacientes también tuvieron que invitar a hasta cuatro personas de apoyo para que se unieran a ellos en el programa residencial.
Fuente: Tratamiento de la anorexia en adultos (HealthyReders.com)